TEJIENDO REDES EN... ¡Dublín!
¿POR QUÉ UN CURSO DE INGLÉS EN DUBLÍN?
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¿POR QUÉ UN CURSO DE INGLÉS EN DUBLÍN?
Cuando me propusieron participar en el proyecto estaba preparándome para las pruebas de certificación del nivel B2 de inglés y pensé que este curso podría ayudarme a superarlas, y de hecho así fue, en mayo de 2018 obtuve el certificado del B2, y ahora estoy cursando el nivel C1 en la Escuela de Idiomas. Mi objetivo es poder participar en el programa bilingüe que en un futuro próximo se implantará en mi instituto, impartiendo algunas de mis clases en inglés.
Por otra parte, el hecho de que el programa del curso incluyera visitas culturales por la ciudad de Dublín y excursiones por Irlanda también me pareció divertido. Además, pensamos que la experiencia podria servirnos como modelo para mejorar la organización de actividades extraescolares de calidad en nuestro instituto, y que esto repercutiría en el centro acrecentando la motivación, la implicación y las ganas de aprender de nuestro alumnado.
Por otra parte, el hecho de que el programa del curso incluyera visitas culturales por la ciudad de Dublín y excursiones por Irlanda también me pareció divertido. Además, pensamos que la experiencia podria servirnos como modelo para mejorar la organización de actividades extraescolares de calidad en nuestro instituto, y que esto repercutiría en el centro acrecentando la motivación, la implicación y las ganas de aprender de nuestro alumnado.
Otro aspecto interesante del curso, para mí, fue el hecho de que se realizase en Dublín. Yo no había estado en Irlanda previamente y siempre había deseado visitar la llamada "isla esmeralda", conocida por la belleza de sus verdes praderas y sus acantilados de vertigo, así como por su espléndida cultura, su agitada historia y por la simpatía, el buen humor, la valentía y la nobleza de sus gentes.
La cultura de Irlanda, de Éireann, que es el nombre que los celtas le
dieron a la isla, fue gestándose con las aportaciones de los numerosos pueblos
invasores que allí llegaron a lo largo de la historia: celtas, vikingos,
normandos... Pero, quienes dejaron una huella de mayor hondura fueron los
celtas, que colonizaron la isla a partir del siglo VIII a. C. Como resultado de
la mezcla gradual de las culturas celta e indígena apareció la cultura gaélica.
Otro elemento de gran influencia en la cultura irlandesa, desde su introducción en el siglo V hasta la actualidad, ha sido la religión cristiana. Tradicionalmente, el inicio de la labor evangelizadora se le ha atribuido a Saint Patrick, que llegó a la isla el 432 d. C. De él se dice que liberó la isla de serpientes y que usó el trébol de tres hojas, hoy símbolo oficial de Irlanda, como metáfora para explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Saint Patrick's Day, el 17 de marzo, es celebrado en Dublin, Cork, Galway, Limerick y en muchas otras ciudades de Irlanda con desfiles, música tradicional, danzas y festivales.
El arraigo del cristianismo perduró durante los ocho siglos de dominación inglesa iniciados con la invasión del Rey Henry II de Inglaterra en el siglo XII; y a pesar de las leyes penalizando toda práctica cristiana a excepción del anglicanismo que se impusieron tras la ruptura de Henry VIII y su hijo Edward VI con la doctrina papal, en el siglo XVI, la mayor parte de los irlandeses mantuvieron sus creencias católicas.
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La lengua irlandesa, el
gaélico irlandés, es de origen celta, y también persisten muchas tradiciones
célticas en las costumbres, festividades y mitología
irlandesas. De procendencia gaélica son, por ejemplo, los Tuatha Dé Danann,
los dioses venidos del cielo, y gran parte de los mágicos seres, fantásticos
o reales, que pueblan leyendas y canciones tradicionales irlandesas: los
druidas, sus antiguos sacerdotes, los bardos, narradores de historias, o las
hadas que cada solsticio de verano abandonan su refugio en los sidhe, las
colinas huecas, para bailar en coro a la luz de la luna, o los diminutos
leprechauns, traviesos duendecillos encargados de elaborar los zapatos de las
hadas, ataviados con sus llamativas vestimentas verdes y cargando calderos
repletos de monedas de oro para esconderlos en el extremo del arcoíris.
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Otro elemento de gran influencia en la cultura irlandesa, desde su introducción en el siglo V hasta la actualidad, ha sido la religión cristiana. Tradicionalmente, el inicio de la labor evangelizadora se le ha atribuido a Saint Patrick, que llegó a la isla el 432 d. C. De él se dice que liberó la isla de serpientes y que usó el trébol de tres hojas, hoy símbolo oficial de Irlanda, como metáfora para explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Saint Patrick's Day, el 17 de marzo, es celebrado en Dublin, Cork, Galway, Limerick y en muchas otras ciudades de Irlanda con desfiles, música tradicional, danzas y festivales.
El arraigo del cristianismo perduró durante los ocho siglos de dominación inglesa iniciados con la invasión del Rey Henry II de Inglaterra en el siglo XII; y a pesar de las leyes penalizando toda práctica cristiana a excepción del anglicanismo que se impusieron tras la ruptura de Henry VIII y su hijo Edward VI con la doctrina papal, en el siglo XVI, la mayor parte de los irlandeses mantuvieron sus creencias católicas.
The Penal Laws, las leyes
represivas inglesas, fueron ampliándose para mantener bajo control a la
población católica impidiéndoles realizar cualquier tipo de actividad
política o económica que pudiese liberarles de la segregación impuesta por la
minoría dominante: no podían votar, ni ocupar cargos públicos o jurídicos, ni
comprar o arrendar tierras por un periodo superior a 31 años, ni casarse con
protestantes, ni heredar de ellos, no podían poseer armas de fuego, ni
pertenecer al ejército ...
Los irlandeses se alzaron en numerosas ocasiones contra el dominio de los ingleses, como en las rebeliones de Desmond, entre 1569 y 1573 o la rebelión de Tyrone, entre 1594 y 1603, o durante las Guerras de los tres reinos, entre 1639 y 1651, o en la Rebelión irlandesa de 1798... todas ellas brutalmente reprimidas. |
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El jueves 27, después de las clases, hice una
excursión fuera de la ciudad con unos compañeros/as de la escuela de inglés,
cogimos un tren en Tara Station y viajamos durante unos 40 minutos hasta Malahide,
al norte de Dublín. Cerca del pueblo, a un cuarto de hora andando, hay un
antiguo castillo del siglo XII, rodeado de unos hermosos e inmensos jardines,
el castillo de Malahide. En medio de los jardines hay un cementerio con cruces celtas, y dicen que el castillo está
lleno de fantasmas, pero nosotros no tuvimos la suerte de encontrarnos con
ninguno. Después, decidimos ir a Howth,
un precioso pueblo de pescadores.
La península de Howth aparece en varias obras de James Joyce. Leopold Bloom, el personaje principal de Ulises, le propuso matrimonio a su esposa Molly en Howth Head, el cabo de Howth. Y en una de las historias de Dublineses, Eveline recuerda un dia de picnic en la colina de Howth con su familia antes de decidir entre quedarse con ellos o huir con un marinero a Buenos Aires. También es Howth Castle and Environs (HCE), el Castillo de Howth y alrededores, el escenario en el que transcurre su última novela, Finnegans Wake.
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